La Terapia de Pareja no es necesariamente tú y yo confrontándonos en un mismo espacio para rompernos en mil pedazos, eso no es Terapia de Pareja. Ésta es tener mi espacio de confrontación conmigo mismo, con mis propios fantasmas, encararlos en ese espacio terapéutico, abrirle su lugar al miedo, al temor y sacar todo del equipaje a solas en terapia; limpiar mis heridas, y así como yo limpio mi espacio vital para cuando tú, mi pareja llegues otra vez a mí, tu harás lo mismo en tu espacio terapéutico.

Te quitarás tus máscaras, sacarás tus fantasmas, los confrontarás, y cuando estemos listos, cuando hayamos sanado esas heridas traídas en nuestro equipaje individual, podremos reencontrarnos para un trabajo juntos.

Vivir en pareja o estar en pareja es subirse a un tren que no sabemos cuál es su destino final. Tanto el uno como el otro cargan equipajes de un pasado remoto o reciente, que tarde o temprano se va descargando el equipaje y si esto es demasiado pesado, terminará complicando la relación, porque las heridas de escenarios vividos en el pasado y no tramitados completamente, salen con todas sus fuerzas, lastimando a las personas que hoy son parte vital de nuestras vidas, como nuestra pareja.