Terapia Infantil
Trastornos más comunes en los niños
Los niños que padecen disfasia muestran dificultades de comprensión y expresión del lenguaje. Además, no sólo adquieren el lenguaje tardíamente sino que lo hacen de forma incorrecta por lo que se refiere a la fonética, a la estructura o al contenido.
En la disfasia no existe retraso mental asociado ni alteraciones importantes de la conducta y de la comunicación no verbal, así como tampoco se observa déficit sensitivo(en especial auditivo) o afectación motora. Tampoco se observa un trastorno severo de conducta.
El problema radica especialmente, ya que a menudo se observan en este tipo de niños con disfasia, dificultades mas bien afectivas asociadas tales como inestabilidad afectiva, emotividad, impulsividad, episodios frecuentes de cólera, reacción de superioridad o, por el contrario, reacciones de retraimiento y verguenza manifiesta.
El tratamiento es integral, primero con EL LOGOPEDA O TERAPISTA DEL LENGUAJE, de forma sistemática e intensiva (de 2 a 3 sesiones semanales). Este tratamiento logopédico debe ir acompañado de PSICOTERAPIA para trabajar la parte de su problemática afectiva y emocional. Y si el niño además presenta dificultades en la escuela, tiene que también ir de la mano de un TRATAMIENTO PSICOPEDAGÓGICO.
Si tu niño tiene una deficiente calidad de escritura, sin ninguna alteración neurológica o intelectual que pueda explicar esta deficiencia.
Este problema de psicomotricidad va con frecuencia relacionado a otros tipos de dificultades en el niño como debilidad motriz, dificultades en la orientación espacial, ciertos problemas con el lenguaje y la lectura y por último trastornos de tipo afectivo como ansiedad en el niño o conductas fóbicas u obsesivas.
Se caracteriza por la dificultad en la adquisición de la lectura en la edad promedio habitual, al margen de cualquier déficit sensorial. A la dislexia se asocian deficiencias en la ortografía.
Aquí se necesita la ayuda del psicopedagogo para un trabajo de reeducación. Sólo si la dislexia está inmersa dentro de un trastorno emocional del niño o de su personalidad, se necesita además del psicopedagogo, un trabajo con el psicoterapeuta.
Si observas en tu hijo que repite de forma involuntaria, brusca y explosiva una sílaba, frecuentemente la primera sílaba y esto va acompañado a veces de tics, o gestos varios más o menos estereotipados del rostro, de la mano, asociados con manifestaciones emocionales (rubores, malestar, temblores de manos), podemos hablar de un problema de tartamudez.
Este es un trastorno de la fluidez verbal y no del lenguaje en sí mismo. En la infancia o adolescencia puede aparecer la tartamudez, a veces repentinamente, después de un impacto afectivo o emocional. Las causas pueden deberse bien a ciertos rasgos patológicos de personalidad en el niño como introversión y ansiedad, pasividad y sumisión, agresividad e impulsividad o bien a un entorno familiar patológico como ciertas madres ansiosas o sobreprotectoras o distantes o poco afectuosas, madres inseguras o insatisfechas, contradictorias en sus actitudes, atrayentes y rechazantes. Aquí se trabaja con técnicas de relajación en el niño y psicodrama.
Hay una serie de factores tanto genéticos, hormonales, de malas conductas alimenticias y sendentarismo en los niños de hoy en día, y sumado esto a problemáticas de tipo familiar en la vida de un niño con obesidad, haciendo que la comida se convierta muchas veces, en una forma de escapismo y refugio ante sus malestares emocionales.
Para ayudar al niño con problemas de obesidad se necesita un trabajo integral con el nutricionista, que los padres cambien ciertos estilos tanto en la alimentación como el tiempo de recreación en el niño, haciendo que practique deportes o alguna actividad que le genere satisfacción y le ayude con su peso y además terapias psicológicas de apoyo para trabajar su autoestima y psicoeducación con los padres del pequeño.
Si tu niño a pesar de ya tener una edad entre 5 a 12, 13 años y se hace pipi en la cama cuando está durmiendo, estamos ante un problema de Enuresis.
Para ayudar al niño con problemas de obesidad se necesita un trabajo integral con el nutricionista, que los padres cambien ciertos estilos tanto en la alimentación como el tiempo de recreación en el niño, haciendo que practique deportes o alguna actividad que le genere satisfacción y le ayude con su peso y además terapias psicológicas de apoyo para trabajar su autoestima y psicoeducación con los padres del pequeño.
Estos episodios en el niño de mojar la cama y a veces ya a cierta edad que puede llegar hasta la pubertad y adolescencia tiene que ver sobre todo con factores psicológicos como saparación familiar, nacimiento de un hermano, ingreso en la escuela, emociones de cualquier naturaleza que invaden al niño y lo inestabilizan emocional y afectivamente.
En la encopresis del niño, se observa ciertos rasgos de personalidad Este trastorno es cuando tu niño ya grande se hace popo en su calzón. El síntoma suele aparecer entre los 7 y 8 años de edad.
Marcados en el pequeño como: niños pasivos, ansiosos, que manifiestan su agresividad a través de este tipo de trastorno. También se observa niños negativistas, con rasgos obsesivos, en los que la encopresis viene a ser el rechazo a someterse a la norma social. En este tipo de tratamiento, el enfoque terapéutico debe incluir a la famila y a veces si es necesario, en una psicoterapia individual con el pequeño.
“No para”... “no está quieto un rato”, “todo lo toca”, “no escucha”, “me saca de quicio”, son las frases comunes de una madre o padre que tienen un niño con problemas de inestabilidad psicomotriz o también la muy conocida hoy en día hiperactivad o TDAH.
Ya entre los 6 y 12 años, es el maestro quien plantea el problema a los padres centrando sus quejas sobre la inestabilidad de la atención y a veces también sobre la conducta del niño, diciendo frases como “no se concentra en nada”, “está en las nubes”. Estas quejas revelan dos tipos de problemáticas en el niño la inestabilidad motriz de no parar nunca y la falta de atención.
Las causas de este comportamiento tienen un componente psicológico que es necesario evaluar y ver el mejor tratamiento posible para el pequeño. La inestabilidad psicomotriz o Trastorno con déficit de atención e hiperactividad (TDAH), es ante todo un síntoma, es decir, una manifestación o expresión de algún malestar emocional que experimenta interiormente el niño, como podría ser un cuadro depresivo , y que este cuadro subyace a ese comportamiento hiperactivo, y que es mas bien, tal conducta o comportamiento de no poder estar quieto un rato, una forma de defensa contra esa depresión.
Si observas en tu niño ciertos movimientos repetidos, involuntarios, frecuentes y absurdos a veces, estamos ante la presencia de TICS. Los tics faciales suelen ser los más frecuentes en los niños: parpadeo, fruncimiento de cejas, movimiento de la barbilla, y otros.
También puede haber encogimiento de hombros, de los brazos, las manos, y finalmente los respiratorios (bostezar, sonarse, toser, soplar, etc) o fonatorios (gruñir, chasquear la lengua, gritos más o menos articulados, ladridos). Suelen aparecer entre los 6 y 7 años y se instauran lentamente. Antes de que sobrevenga el tic, el niño percibe una sensación de tensión y el tic aparece como una especie de descarga que le alivia.
Cuando tu niño vive permanentemente en un sentimiento de aprensión, como si algo terrible fuera a suceder, es porque tiene problemas de ansiedad.
Si tu niño tiene problemas de concentración o estar con la mente en blanco, irritabilidad, bien no come lo suficiente o come en exceso, presenta ataques de ira, además presenta conductas de desobediencia, hostilidad, además problemas para dormir o permanecer dormido, o mantiene un sueño agitado o insatisfactorio. Por último, puede presentar estos otros síntomas: molestias estomacales, sudoración, tensión muscular, dificultad para respirar, dolor de cabeza y otros.
Si tu hijo cumple con estos síntomas, es porque está pasando por un problema depresivo y son los siguientes: trastornos del sueño, comportamiento agresivo (agitación), modificaciones en el rendimiento escolar, retraimiento social, cambio de actitud hacia la escuela, quejas somáticas como que me duele……. , pérdida de la energía habitual y modificación del apetito y por ende del peso.
- Primera Fase | Entrevista con los padres
- Segunda Fase | Primera sesión con el niño/a creando un espacio de empatía
- Tercera Fase | Toma de test proyectivos
- Cuarta Fase | Reunión con los padres o uno de ellos
- Última Fase | El juego terapéutico o terapia lúdica con el niño